Justo cuando piensas que ya estas del otro lado, que todo está empezando a tener un orden, una estabilidad, la vida viene y te saca la lengua, te pega en ese lugar que tu ni sabías que existe y te derrumba..
Y después de que está hace su relajo, te rompe la madre y te deja tirado en el piso, ahora resulta que tenemos que agradecerle, por mostrarnos esa área de nuestra vida en la que tenemos que empezar a trabajar, fortalecer, comprender..
Me queda claro que el tratar de contener emociones, las hace mas incontenibles, y estallan, y se escapan como vapor de olla de presión.. llevando a su paso todo...
Seguir caminado, aprendiendo.. y reconociendo como se manifiesta ese niño interior, que tiene frío, que tiene miedo, y que grita sin sentirse escuchado...