Thursday, December 31, 2015

Con una sonrisa

Máscara


Termina un año diferente, y vaya que yo he tenido años diferentes, me pongo a pensar que para mucha gente los fines de año son muy parecidos, los pasan casi con la mismas personas, haciendo casi lo mismo, y tal vez, hasta lo que comen se mantiene sin cambio. 

Yo hago memoria de los últimos 10 años, y no recuerdo haber repetido ubicación ni compañía. Y es que así habían sido mis años, como remolinos inestables, cambiantes, rebeldes.

Este año también ha sido muy diferente, pero diferente en otra manera, no en forma de remolino, sino en forma de manantial, ha sido pleno en amor y en compañía.
Por primera vez en mucho tiempo estoy viviendo en una casa que no rento, y que en algún momento, será mía.

Por primera vez después de tener 2 gatos por casi 10 años, ahora tengo 3.

Por primera vez, después de 10 años, este tuve una compañía permanente, que me permitió volver a ser padre 365 días al año, y no solo algunos días, y a larga distancia. Volví a sentir la ansiedad que sentimos los padres cuando tu hija no contesta el teléfono, y la jubilo cuando lo hace. Tuve el regalo de llevar a mi hija al escuela, ver como se baja del carro, y como se integra a su mundo, y hacer de este momento un rito cotidiano.  Otra vez volví a sentir la desesperación que sentimos los que amamos, cuando no podemos evitar el dolor en nuestros seres queridos, y tan solo, podemos aceptar y acompañar, sin preguntar, sin decir, incluso sin saber.

Este año ha sido muy diferente, diferente  porque el tener una compañera de viaje, de este viaje que se llama vida, me ha llenado el corazón de emociones, porque si estamos vivos es para sentir, porque este amor me ha enseñado a ser paciente, comprensivo. Porque me ha enseñado a aceptar y amar a la persona por lo que ella es, porque nunca pensamos durar, y ya tenemos mas de un año caminando juntos, y nos permitimos empezar a soñar días futuros, viajes, aventuras, nuevos retos, con la conciencia de que cada día hay que dar un sí, sí quiero. 

No se que venga el próximo año, y si volverá a girar la ruleta y cambiará mi suerte, pero no me preocupa, porque estoy ocupado viviendo plenamente, agradecido mi hoy, mi aquí, mi ahora. 

Espero seguir aprendiendo a dejar fluir, a aceptar y seguir caminando.

Y si, hoy tengo una sonrisa, y tal vez no se me note mucho, porque quien sonríe, es mi corazón.