Yo que he sido minotauro, siempre perdido en el laberinto de las emociones, siempre torpe hiriendo con mis cuernos a quien se me acerca, siempre bestia que no entiende, que no acepta.
Hoy tocas a mi puerta, y das la luz de la esperanza a mi corazón dolido.
Hoy abres una ventana en mi laberinto con tu confianza, con tu cariño.
Me presentaré ante ti como soy, desnudo de mascaras y disfraces, con mi parte hombre parte bestia, con mi ceguera de topo por andar en la obscuridad del sentimiento.
Me aceptarás? o irás tras el perfecto Perseo que ofrece liberarte del monstruo?
Hoy tengo esperanza de ver la luz en tus ojos, y de que tu seas esa compañera de viaje, que siempre ha estado a mi lado, pero que hasta hoy se hace presente.
Hoy esta bestia se hace hombre, se despoja de las armas y de las protecciones. Esta es tu obra,
esta mi decisión, esta nuestra hora.
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