Desde hace tiempo he estado sintiendo algo raro, algo diferente, que me ha tenido inquieto, que me ha llenado de preguntas, que me ha hecho regresar a Sonora, una búsqueda interior, donde no se sabe a conciencia cierta que se busca.
Después de vueltas y vueltas, veo claramente que estoy en crisis, como si no fuera ya mucho el estrés del día a día resulta que la crisis de los 50 se me adelanto más de un año.
Las preguntas empiezan a caer, como hojas avisando que el otoño esta próximo.
Estoy donde quiero estar?
He volado lo suficiente?
He construido un buen ser humano?
La conciencia de que tal vez muchos sueños ya no se realizarán, de que tengo que ser mas selectivo en mis locuras, que el compromiso con el aquí y el ahora toma diferente significado cuando sabes que cada vez habrá menos aquis y ahoras.
Y no es que este fatalista, bueno, tal vez un poco, pero aunque se que la vida no tiene contrato de duración, se que mientras mas se este viviendo mas aumenta tu probabilidad de dejarlo de hacer.
Aceptar, el reto siempre, de entender nuestras dimensiones finitas, y en esa conciencia, aprovechar cada segundo, cada momento, y celebrar la vida.
Ayer volví como hace mucho tiempo no lo hacía a presenciar un atardecer, a sentir el aire fresco en la cara, a esperar con paciencia que el sol tomara su camino, y que volviera su universo rojo al besar la tierra, y en esa conjunción de emociones y sentimientos, volví a dar gracias, y de repente toda esa revoltura tomo su propio orden, su propio significado.
Soy afortunado si logro salir de este verano para entrar en mi otoño, y si llego a mi invierno, e igual lo soy si hoy terminará mi camino, por todo lo vivido, por todo lo amado, por todo lo aprendido. Y la fortuna me seguirá mirando, siempre que siga aceptando, dejando fluir, y celebrando.
Después de vueltas y vueltas, veo claramente que estoy en crisis, como si no fuera ya mucho el estrés del día a día resulta que la crisis de los 50 se me adelanto más de un año.
Las preguntas empiezan a caer, como hojas avisando que el otoño esta próximo.
Estoy donde quiero estar?
He volado lo suficiente?
He construido un buen ser humano?
La conciencia de que tal vez muchos sueños ya no se realizarán, de que tengo que ser mas selectivo en mis locuras, que el compromiso con el aquí y el ahora toma diferente significado cuando sabes que cada vez habrá menos aquis y ahoras.
Y no es que este fatalista, bueno, tal vez un poco, pero aunque se que la vida no tiene contrato de duración, se que mientras mas se este viviendo mas aumenta tu probabilidad de dejarlo de hacer.
Aceptar, el reto siempre, de entender nuestras dimensiones finitas, y en esa conciencia, aprovechar cada segundo, cada momento, y celebrar la vida.
Ayer volví como hace mucho tiempo no lo hacía a presenciar un atardecer, a sentir el aire fresco en la cara, a esperar con paciencia que el sol tomara su camino, y que volviera su universo rojo al besar la tierra, y en esa conjunción de emociones y sentimientos, volví a dar gracias, y de repente toda esa revoltura tomo su propio orden, su propio significado.
Soy afortunado si logro salir de este verano para entrar en mi otoño, y si llego a mi invierno, e igual lo soy si hoy terminará mi camino, por todo lo vivido, por todo lo amado, por todo lo aprendido. Y la fortuna me seguirá mirando, siempre que siga aceptando, dejando fluir, y celebrando.
1 comment:
Todo llega pasa y se va...
Pero lo nuestro es pasar, pasar haciendo caminos...
Pensamientos robados.
Te mando un fuerte abrazo.
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