El camino no tiene murallas, las construimos nosotros, de nuestros miedos, de nuestras expectativas, con nuestras culpas. No agachemos la mirada y veamos que nuestro camino esta lleno de rocas, de piedras, alcemos la mirada y veamos para adelante, no pensando que nos falta mucho, si no lo mucho que nos falta por ver, por sentir, por gozar.
Uno escoge que cargar, y cuando nos damos el lujo de ir soltando, ir aminorando nuestra carga, ir limpiando nuestro ropero, y haciendo si no espacio para lo nuevo, si una carga menos pesada.
No se cuantos pasos más daré, lo que se es que mantendré mirada expectante, dandle a la vida la oportunidad de sorprenderme, otra vez.
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