Saturday, December 28, 2019

Agua negra


Un paraíso de verdad, todo el día cruzando la bahía de Hang Lo y el clima frío de marzo complementa ese paisaje entre islas e islotes, decía el guía que más de diez mil habían contado. No quise tomar la actividad del kayak por que me sentía cansado, el viaje de México a Canton y de ahí a Hanoi, había sido devastador. Salgo al puente y veo que los compañeros del tour van llegando, de dos en dos con sus balsas amarillas.

El guía  anuncia que toca meterse a nadar. La mayoría de los compañeros desisten y regresan a sus camarotes. Tres parejas y una muchacha de origen holandés brincan al mar. De inmediato siento una atracción que no comprendo a sumergirme en las aguas negras y frías de la bahía.

"No soporto el frío, nunca lo haría" me digo una y otra vez mientras me retiro la playera y ya con el traje de baño como único vestido, empiezo  a bajar por las escaleras laterales de la embarcación.

Un choque eléctrico siento cuando mi pie toca el agua, no digo fría, helada, que me hizo volver a pensar si realmente iba a hacer eso. Sin embargo, en una reacción que no puedo entender brinco al espacio abierto, cerrando los ojos y la respiración.

Mil cuchillos se entierran en mi piel, se me incrusta el agua fría por todo mi cuerpo.
Nadar, eso es lo que debo de hacer para entrar en calor. A lo lejos escucho  las risas y palabras extranjeras de los otros locos que se han animado a entrar a esa hilera.

Sumerjo la cabeza y empiezo a nadar con los ojos cerrados sabiendo que delante de mi no hay más que agua. Siempre me ha generado una emoción especial nadar en mar abierto donde se que no toco, y en esa agua de negrura espesa esa sensación se magnifica, “Gracias película de tiburón”, pienso. Sin embargo, empiezo a disfrutar de la tranquilidad, del silencio, del silencio, del silencio.

No! no escucho a nadie cerca de mi, empiezo a buscar a mi alrededor para ubicarme y distingo como la embarcación se empieza a mover lentamente, intentó gritar pero mi garganta se ahoga sin pronunciar sonido, intentó empezar a nadar pero mis brazos no responden, me empiezo a hundir en la negrura del agua y recuerdo que nadie me vio meterme al mar, para todos yo sigo dormido en mi camarote.

Es mucho el frío, es muy negra la mar....

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